Miedo al encuentro personal


Del artículo Historia de la redescripción de la angustia clínica publicado en la Revista Chilena de Neuropsiquiatría (nº 41: 95-102), extraigo el siguiente texto relativo al miedo ante el encuentro personal:

Esta forma de miedo, representada clínicamente por las fobias sociales, surge desde el interior mismo del proyecto personal. Y esto no es mera retórica. Cuando decimos «desde el interior del proyecto personal», estamos afirmando algo esencial.

El sentido que preside el desarrollo de la vida del hombre contempla, desde la partida, la presencia de otras personas con las que, de diverso modo, se establecen vinculaciones familiares, sociales y laborales. A diferencia de la humanidad abstracta, estos vínculos fácticos son los que dan a cada uno su «sitio», su espacio de pertenencia e identidad y dónde ser la persona que soy adquiere, no sólo su fisonomía, sino también sus derechos y obligaciones intransferibles.

El respetar, amar y valorar a «ciertos» otros, y el ser respetado, amado y valorado por ellos no es, pues, algo prescindible o adjetivo; a la inversa, es esencial para el desarrollo de las posibilidades de cada cual. El otro nos falta, en algún sentido, siempre, de allí que nuestra necesidad de él sea perpetua. Por eso hablamos: para abrir y abrirnos a un otro que ineluctablemente se nos cierra.

Sin embargo, esta necesidad del otro, como cualquier carencia, no sólo es camino de satisfacción, sino también de fracaso: el otro nos falta, pero su presencia también nos amenaza. El fracaso frente a los otros que nos importan y definen, no se relaciona ya con la naturaleza que nos posibilita y limita al mismo tiempo, con esa dimensión que nos hace nacer pero también morir, sino con un ingrediente necesario al sentido de la vida humana, siempre ya «con otros». ¿En qué contexto si no, pueden entenderse experiencias como la vergüenza, la culpa, la envidia y la humillación? La vergüenza sólo es posible por la mirada del otro, por su ser testigo.

Entre los actos diarios de cualquier persona hay muchos que realizados en soledad son, por así decirlo, neutros, pero que por la simple mirada del otro, y sin que éste haga algo distinto que estar ahí, se transforman en vergonzosos. De allí que el componente decisivo en este caso no sea el acto en sí, sino el acto frente a la mirada de los otros. La culpa, por ejemplo, es un adeudar a estos mismos otros, un no haber estado a la altura que ellos merecen y que también en muchos aspectos define mi propia altura. La envidia y la humillación, respectivamente pasiva y activa, dan al otro un lugar de superioridad. Envidio lo que me falta, aquello de lo que carezco y que creo que el otro tiene y que lo dignifica. Y es también el otro el que activamente me rebaja en mi condición humana al humillarme.

Todos estos sentimientos son complejos, pero al hacer este boceto, lo que quiero es resaltar que en todos ellos el otro es definitorio. Sin embargo, sin el otro cercano, amado o valorado, y precisamente sin él, se dan las experiencias de las crisis de pánico y de agorafobia. La presencia del otro con quien se posee vínculos, aminora o incluso colapsa dicho tipo de miedo.

Pero, he aquí que ese mismo otro «significativo» –y no cualquier otro–, ese que nos alivia de ese miedo, es ahora él mismo fuente del miedo. En las Fobias Sociales el miedo aparece frente a una persona o a un grupo de ellas, con los que se posee una vinculación significativa, y donde se espera del sujeto una conducta personal e intransferible, es decir, donde quedo especificado y no puedo ser anónimo. ¿Quién si no yo debe firmar mi libreta de cheques? ¿Quién si no yo es el que está haciendo esta conferencia? ¿Quién si no yo es amigo de esa persona que camina en la acera de enfrente, o quién habla con su boca en la cena de fin de año? Pues bien, si los otros en muchos sentidos me definen y me importan, ese quien, que digo al decir yo, frente a ellos, debe hacerse cargo: cargo de sí mismo.

Y el camino del hacerme cargo, es angustia, puesto que me hace explícita la máscara tenue y frágil de todas las consideraciones acerca de mí mismo, me pone en contacto con la «insignificancia». Por ello, me tiembla la mano al firmar, olvido lo que estoy diciendo, no sé qué decir en ese encuentro casual con un amigo en la calle, enrojezco al darme cuenta que la atención de los comensales se ha detenido en mí. De allí en adelante, el mecanismo fóbico parasita la estructura, la fija y se encarga de darle repetición a lo dicho.

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4 respuestas a Miedo al encuentro personal

  1. sofi dijo:

    uy … soy tan timida que dejar este mensaje me provoca un alto grado de ansiedad, y lo peor es que soy incapaz de contarselo a alguien, nunca he podido tener un novio porque huyo antes de que intenten decirme algo.

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  2. Maria Teresa dijo:

    después de haber leído el texto anterior, se que sufro de fobia social, agorafobia, si pueden ayudarme. Seré feliz

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  3. rrafael dijo:

    ..es la base de todas las neurosis…el miedo a nosotros mismos..el miedo a la intimidad..a percibir nuestra mismidad, nuestra soledad…y esta se pone en evidencia cuando estamos con otro u otros, otros que nos conocen , que nos miran ..hay mucha gente que aunque esté contigo no te tiene en cuenta…en realidad no te está mirando , no te está viendo…solo te utiliza, utiliza la parte de ti que le interesa..trata tu identidad social…tu rol…tu máscara, …con esa gente es mas facil estar y aveces nos hacen confudir creyendonos que son nuestros amigos…

    pero cuan do alguien te mira de verdad, percibe tu ser…te pone en evidencia tu singularidad…entonces te entra el panico…te desmoronas..acudes a todas esa variadas formas de defensa..te contraes, te quieres esconder , …esas personas parece que te hacen sufrir..pero son las personas que pueden llegar a quererte…esas personas que provocan esos sintomas son las que verdaderamente merecen la pena y te haran crecer…las otras no.

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  4. luis dijo:

    Bueno esto es lo que me aqueja a mi tambien me da terror el encuentro con otras personas conocidas y no saber que decir todo el tiempo estoy ansioso cuando estoy en la calle, el sentirme observado o juzgado me da panico , me va muy mal en el trabajo me pasa lo mismo pues estoy ansioso solo quisiera estar en casa; fuera estoy intranquilo y esto me causa mucho estres me duele la cabeza el estomago se me revuelve el estomago, sudo demasiado y me siento demasiado agotado,ademas de no poder concentrar me en lo que hago hasta el punto de parecer raro y tonto . despues llega la depresion y esto es fatal ya quisiera estar muerto o no existir, no se cual sera la causa de esta enfermedad ya he buscado ayuda sicologica pero la falta de resultados me desaniman

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